Como evolución del voluntariado corporativo, cada vez más empresas se proponen que sus empleados, clientes y proveedores adquieran hábitos de vida sustentables y participen en programas sociales. Los casos más emblemáticos.
La sustentabilidad aparece como una nueva forma de entender el mundo. Y, en
ese universo, los seres humanos son una arista clave. El entorno natural y una
cultura que se encuentra en permanente cambio hace que las empresas privilegien,
cada vez más, que sus empleados estén en armonía tanto en el lugar donde
trabajan como con el exterior.
Así, empleados, clientes, proveedores y hasta quienes se desempeñan en
puestos jerárquicos participan de distintas acciones que engloban lo que se
llama el voluntariado corporativo. Término que, hoy, por sus implicancias y
alcances, algunos lo llaman como el fenómeno de la RSE in-company.
A través de acciones encaradas por las empresas, los empleados realizan y
participan de acciones que tienden a mejorar la calidad de vida y el medio
ambiente. Del mismo modo, surgen actividades donde se pone el foco en temas de
salud y educación. El voluntariado es efectuado, a simple vista, con acciones
que pueden parecer mínimas, pero son un aporte de gran utilidad a la sociedad.
Es el caso de Pequeños Aportes hacen la diferencia, el programa global
insignia de Kimberly-Clark, mediante el cual se incentiva a los empleados a
cambiar sus hábitos y realizar pequeños aportes que colaboren a mantener un
entorno más saludable y a cuidar de los recursos naturales. Small Steps se
inició en 2009 y, desde ese entonces, se sumaron al programa más de 12.000
empleados a nivel global. Con el reciente lanzamiento de la plataforma 2.0 del
programa, ya se registraron en la Web más de 4.000 empleados de todo el mundo.
Los empleados de Kimberly-Clark puedan subir allí sus pequeños actos
cotidianos que ayudan a cuidar y proteger al planeta y a las personas, dice
Fernando Hofmann, director Asuntos Legales y Corporativos.
MercadoLibre es otra empresa que viene realizando proyectos y acciones de
RSE in-company, en en conjunto con fundaciones y ONGs. Uno de sus focos es la
capacitación laboral. En la Argentina, hay más de 900.000 jóvenes que no
estudian ni trabajan según la CEPAL y, además, una demanda insatisfecha en la
industria del software. Según la Cessi, la cámara del sector, las compañías que
desarrollan software en el país demandan, por año, 7.000 profesionales y
técnicos. En este marco, el programa insignia de MercadoLibre es Nativos
Digitales, con el que, junto a la Fundación Compromiso, buscan mejorar las
oportunidades de inserción laboral en jóvenes entre 17 y 24 años. Mediante
tutorías y capacitaciones en tecnología y lenguajes de programación, facilitan
su inserción laboral en la industria tecnológica. El programa se desarrolla
desde 2011. Los resultados logrados en sus dos años de implementación son: 960
horas de capacitación -16 cursos de 60 horas cada uno-. Participaron 330 jóvenes
y se recibieron 130. Este año esperamos se gradúen 150, cuenta Constanza Castro
Feijóo, gerente de RSE de Mercado Libre.
El programa de voluntariado de IBM, Corporate Services Corps, tiene, al
igual que Kimberly-Clark, un alcance global: lo integra a empleados de distintas
partes del mundo y busca abordar desafíos socioeconómicos en mercados en vías de
desarrollo. Los profesionales postulados son seleccionados para integrar equipos
de trabajo multidisciplinarios. Cada uno de estos grupos es destinado durante
un mes a un país específico para liderar proyectos que interrelacionan el
desarrollo económico y la tecnología informática. Este año entre el 23 de julio
y el 23 de agosto un grupo de 12 empleados de IBM viajó a Argentina por primera
vez, a la provincia de Córdoba, donde trabajaron en proyectos que
interrelacionan el desarrollo económico y la tecnología informática, de forma
gratuita, comenta Alejandro Toscano, Gerente de Ciudadanía Corporativa de IBM.
Este año participan del programa empleados de IBM de Alemania, Australia,
Emiratos Árabes, Estados Unidos, India, Singapur y Taiwán.
Incentivar es la cuestión
¿Cómo involucrar al empleado en este proceso de voluntariado? Generar
instancias de intercambio entre la comunidad y colaboradores de la compañía es
una de las formas. Este es el objetivo de Quilmes para que se involucren sus
empleados con la realidad y las necesidades de las localidades vecinas a las
cervecerías. Su programa va por su tercera edición y, hasta el momento, ha
puesto su foco en la construcción de ludotecas en escuelas de zonas
carenciadas. Consiste en una serie de nueve jornadas distribuidas a lo largo
del año en distintas plazas, y se realiza con colaboradores voluntarios de la
Compañía, miembros de la Asociación Conciencia, niños, padres, docentes y
autoridades de las escuelas, cuenta Axel Flugel, gerente de Relaciones
Institucionales de Cervecería y Maltería Quilmes, donde este año la meta es
alcanzar las 3.468 horas de voluntariado, involucrando alrededor de 480
empleados con iniciativas en Corrientes, Mendoza, Córdoba, Trelew, Quilmes,
Pompeya (Ciudad de Buenos Aires), Tres Arroyos, Tucumán y Zárate.
En Mercado Libre, cuentan, los empleados tenían ganas de hacer
actividades pero no sabían bien qué. Por eso los fuimos orientando hacia
distintas alternativas que resultaron muy bien recibidas. En 2012, 297
empleados participaron de tareas voluntarias, el 35% de la compañía. Se
realizaron 19 actividades englobando un total de 14 organizaciones benéficas y
ayudando a más de 4.000 personas en total, detalla Castro Feijóo. En
Kimberly-Clark, dicen, el entusiasmo y el gran interés de los empleados es
manifiesto y crece constantemente. A través de la plataforma interactiva, los
empleados cargan online y pueden medir el impacto de sus pequeños pasos para
el cuidado del medio ambiente, así como el impacto colectivo de todos los
participantes de la empresa, explican. Los números están a la vista: al día de
hoy, a nivel global, Kimberly-Clark lleva adelante 14.723 acciones de bien de
las cuales 10.170 son actividades ecológicas, 1.493 son actos de bondad y 3.060
son acciones de bienestar. En cuanto a las acciones ecológicas, los gases de
efecto invernadero ahorrados son 980 toneladas, lo cual equivale a 210 autos
fuera de la calle y 989 árboles plantados. La energía ahorrada es 42.764 kwh, lo
que equivale a 65,9 hogares en un año. En cuanto al agua, se ahorran 2,6
millones litros, lo cual equivale a 13.000 bañeras y una piscina olímpicas,
detallan. En IBM Argentina, en tanto, ya hay ya una base de 2.200
voluntarios.
Las pymes también
Félix A. Medoro S.A., por iniciativa del Banco Galicia (de la cual la pyme es
proveedor) se introdujo en el Programa Valor, RSE + Competitividad de la AMIA,
para implementar los procesos de RSE, en las distintas áreas de la empresa,
dedicada a la fabricación de sobres, rollos de papel y rollos químicos. Entre
varias actividades se destacan las orientadas al ámbito social donde, a través
desarrolló de jornadas de voluntariado corporativo en alianza con la Fundación
Banco de Alimentos, se han generado la distribución de alimentos para 563 ONGs,
y entre otras cosas, dando de comer a más de 88.000 personas (80% niños y
adolescentes). Hemos podido comprobar el entusiasmo de la gente en participar
con los pedidos presentados ante la oficina de RR.HH. por parte de empleados que
aún no han participado pero que han visto las publicaciones efectuadas por la
empresa en la cartelera, cuenta Federico Tenconi jefe de legales y RSE de
Félix. Son 30 personas participaron de las actividades de voluntariado, y en
cada visita, se promediaron 2 1/2 de trabajo, que significaron la clasificación
de 24 palets llenos de alimentos, representando 2.970 kilos de comida
clasificados para su eventual repartición, agrega entusiasmado. El objetivo
general del Programa Valor es implementar medidas de RSE en pymes que formen
parte de la cadena de valor de grandes empresas asociadas comoLoma Negra, Banco
Galicia, Banco Santander, IRSA, INVAP, Monsanto, Toyota y Novartis.
Los beneficios
Otro de los beneficios que tiene las acciones de voluntariado es otorgar la
posibilidad de trabajar codo a codo todos los niveles de la empresa, desde la
dirección hasta los operarios. Terceriser, otra de las 100 pymes que forman
parte del Programa Valor, RSE+Competitvidad, es la proveedora de la cadena de
valor de Loma Negra y se dedica al servicio de limpieza de oficinas y plantas
industriales. A partir de los diagnósticos realizados, se identificó que los
dueños de la firma percibían un sostenido deterioro en la identificación de los
colaboradores con la empresa que impactaba en la productividad, debido a que
prestaban sus servicios en oficinas y plantas industriales de sus clientes por
largos períodos de tiempo sin contacto con la empresa pyme que las emplea. Se
desarrolló así una acción articulada en las dimensiones de Público Interno e
Inversión Social, que consistió en la refacción y pintura de algunas escuelas de
la localidad, por medio de una iniciativa financiada por la empresa e
implementada por acciones de voluntariado que involucró a los dueños de la
empresa y a los empleados. De esta forma, se reconstruyó el sentido de
pertenencia de los colaboradores con la compañía, a la vez que se desarrollo una
acción solidaria en la comunidad mejorando las condiciones edilicias de estas
escuelas a las que concurren en su mayoría alumnos que son hijos o parientes de
los empleados de la empresa, cuenta Bibiana Bonetti, directora de la
empresa.
Dow es otra que alienta el compromiso social de sus empleados y promueve
su participación, a través de SolidariDow, un programa de voluntariado
corporativo, para todos sus niveles jerárquicos, anclado en tres modalidades. El
primer eje es Soluciones Solidarias. Por este, los empleados presentan
proyectos sociales en temáticas como Educación, Entorno y Economía. En la
edición 2011, participaron 105 empleados y dedicaron 1.100 horas de
voluntariado, en 39 proyectos. En 2012, se involucraron 134 empleados.
El segundo eje es el Voluntariado Corporativo, donde los empleados
participan de actividades, como la limpieza de costas, actividades en el día del
medio ambiente, trabajos de pintura, armado de cajas navideñas, asesoramiento y
capacitación, concurso de proyectos, entre otros. Entre 2011 y 2012, se donaron
casi 10.000 horas. Finalmente, el tercer eje es Matching Funds, una propuesta
que facilita y estimula a los empleados para que donen dinero en causas de alto
impacto, como desastres naturales o problemas sociales. Otras iniciativas, se
realizan en en fechas especiales, como el inicio de clases o el Día del
Niño.
Por Agustín Gallardo
http://www.cronista.com/contenidos/2013/08/21/noticia_0008.html